Y qué rico el despertar. Y cuánto le cuesta a la Carla despertarse. Le pedimos unos sándwiches a Raquel y cómono. Nos prepara una bolsita con 4 sandwich, unos mangos y unos jugos para el almuerzo. Y con ello y la mochila a cuestas agarramos un bus con dirección a Niquinohomo y rumbo a los pueblos blancos., parada en San Juan de Oriente (10C$). Es un pueblecito donde hacen artesanía, entramos en un taller y nos deleitamos con el arte de moldear la cerámica. Compras de recuerdos y de compulsividades y los niños salen de la escuela en estampida y saltando la puerta y lo que haga falta.
Mototaxi hasta el mirador de Catarina (5C$), otra vez para mí, pero realmente vale la pena. Nos comemos nuestro almuerzo bajo un sol de justicia con vistas a la Laguna de Apoyo, más lejos Granada y aún máslejos el Lago Cocibolca. Una toña y un café y listas para seguir nuestro cansante incansable paseo. Paseamos por Catarina, un bonito pueblo, con bastantes tiendas de flores y alguna artesanía de bambú. Bajamos hasta la carretera y justo agarramos el bus para Masaya (10C$).
Masaya, tercera ciudad más poblada de Nicaragua, en principio llamada la ciudad de las flores por sus cuidados y bonitos jardines. Pero bueno, la verdad es que a mí no me entusiasmó demasiado. Eso sí, perderse en su mercado no tiene precio. Una inmensa extensión de callejuelas cubiertas y puestos vendiendo desde zapatos Nike a carnequehuelemal y artesanía. Más compras compulsivas y por culpa de Carla me acabo comprando una hamaca. Mama la podemos colgar en nuestra super terraza. Jejeje!
Llegamos temprano a Granada y aprovechamos para pasear hoy sí por sus calles, algunas repletas de tiendas que invaden la calle, otras con sus tranquilas casas de patios interiores impresionantes. Llegamos hasta el lago, un heladito y a casa a cenar. Por último una última cerveza donde el “valencianet” buscando a Jaume, no está, le dejamos nuestro regalorecuerdo en su hotel. Nos vivita una mujer vestida de folklore que nos intenta vender sus servicios de turismo, una mujer bien característica la verdad.
A dormir, que mañana nos vamos a Ometepe.
Mototaxi hasta el mirador de Catarina (5C$), otra vez para mí, pero realmente vale la pena. Nos comemos nuestro almuerzo bajo un sol de justicia con vistas a la Laguna de Apoyo, más lejos Granada y aún máslejos el Lago Cocibolca. Una toña y un café y listas para seguir nuestro cansante incansable paseo. Paseamos por Catarina, un bonito pueblo, con bastantes tiendas de flores y alguna artesanía de bambú. Bajamos hasta la carretera y justo agarramos el bus para Masaya (10C$).
Masaya, tercera ciudad más poblada de Nicaragua, en principio llamada la ciudad de las flores por sus cuidados y bonitos jardines. Pero bueno, la verdad es que a mí no me entusiasmó demasiado. Eso sí, perderse en su mercado no tiene precio. Una inmensa extensión de callejuelas cubiertas y puestos vendiendo desde zapatos Nike a carnequehuelemal y artesanía. Más compras compulsivas y por culpa de Carla me acabo comprando una hamaca. Mama la podemos colgar en nuestra super terraza. Jejeje!
Llegamos temprano a Granada y aprovechamos para pasear hoy sí por sus calles, algunas repletas de tiendas que invaden la calle, otras con sus tranquilas casas de patios interiores impresionantes. Llegamos hasta el lago, un heladito y a casa a cenar. Por último una última cerveza donde el “valencianet” buscando a Jaume, no está, le dejamos nuestro regalorecuerdo en su hotel. Nos vivita una mujer vestida de folklore que nos intenta vender sus servicios de turismo, una mujer bien característica la verdad.
A dormir, que mañana nos vamos a Ometepe.
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