Algo va mal cuando un niño ya es un veterano…
Y cada vez, al ir a hablarles de alguien o de mí, me pregunto si no estoy traicionando privacidades. Luego supongo, me protejo con un tampocolosabrán y un tampocoesnadamalo y me aparece el compromiso de hacerles llegar lo aquí vivido para, si cabe, sacudir conciencias y despertar (sen)sibilizaciones. Por eso, una vez más, pondré mi privatismo en segundo lugar.
Así estábamos, tranquilamente con Moi deleitándonos con un par de morenas que bailaban agarradas. Con eso que llega un grupo de chicas, tres, un par de rellenitas y una de buen cuerpo. Se pone a bailar esta última y los ojos se nos deleitan y el ánimo también, conoce a Moi y se sientan contiguamente en la barra con nosotros. Esto es bailar y no lo que hacemos las chelas. Moi es el que está junto a la chica en cuestión, yo a su otro lado. La mano de la chica va continuadamente a la pierna de Moi en un iryvenir. Aparece un chico que me pide de bailar, digo que no y luego me cuentan que es de mala educación. ¿Cómo? ¡Me importa! (equivalente a nuestro “me importa un carajo”) Sólo faltaría que no pudiese decidir ocn quien quiero bailar y con quien no. Me contestan que lo más correcto es decir, a la próxima . Se acerca un hombre de avanzada edad, me dice que su amigo quiere hablar conmigo, que es no se qué cargo político, le digo que no. Me dice que sólo quiere hablar de España y de la situación que hay allí. Me reafirmo. Me habla de Don Quijote y me dice si conozco el autor. Y le digo que no, consigo que se vaya pero están sentados en una mesa muy cercana y no dejan de mirar. Todo el mundo se piensa que ando con Moi y le preguntan que cómo lo consiguió. Él aprendió discreción y les responde que no es problema suyo nada. Con todo esto Moi me insiste para que saque a bailar a la chica, se llama Marisa. Que no, que me da pena. Hablan. Me cuenta lo que hablaron, Marisa le dijo que si yo fuese hombre no se lo pensaría dos veces y que ni así, que a ella le gustan las mujeres y que le gusto. Me lo cuenta, voy a pedir una Toña y la vuelta me dejaron el asiento entre ellos libre para mí. Me saca a bailar. Nos sentamos. Me cuenta ella misma lo que ya le había dicho a Moi y yo simplemente le digo que algo tenemos en común. Una de sus amigas le pregunta a Moi si soy lesbiana. Él le dice que no lo sabe, que es cosa mía. La chica le dice que se lo contó un pajarito. Moi se enoja y le dice que entonces ese pajarito está volando demasiado alto y habrá que cortarle las alas. Me lo cuenta todo y me dice que fue Marisa quien se lo contó y que ya no le gusta la chica, pero que yo haga lo que quiera.
Me dice Marisa que una de las chicas morenas le dijo que quería bailar conmigo. Marisa le soltó que tenía boquita para hablarme ella. Luego se me puso a bailar pegada a mi espalda cuando yo bailaba con Moi.
Seguimos yendo a bailar y se suceden las conversaciones aquí y allí. Ella me cuenta que tiene 3 hijas, que la mayor tiene 7 años y la menor 1. Que tiene 21 años y es una mujer libre. Que al hombre con el que vive, al que llama su ex marido, ya le dijo que él no le gustaba, que le gustaban las mujeres. No trabaja. Me repite muchas veces que le gusta ser una mujer libre y autosuficiente, que ella no depende de nadie. No acabo de entender entonces como va la cosa. Me pide un cigarrillo, no tengo, me insinua que le vaya a comprar ¿estás de broma? Entre baile y baile Moi me dice que vió que están conmigo por interés. Le creo y no. Supongo porque eso me lo habría esperado de cualquier hombre que se me hubiese acercado, pero no de una mujer que montase esa parafernalia. Así que seguimos bailando pero hay muchas discusiones entre Moisés y las chicas por comentarios y cosas, él me quiere defender y me pierdo bastante. Marisa dice que no le dijo nada a sus amigas, sus amigas se enojan con Moi por sus modales, se hace una gran pelota. Dan muchas vueltas a cosas que yo no daría.
Las chicas quieren ir al 4Brothers. Si va Moi sí voy. Él me dice que va conmigo donde sea. Seguimos en el CimaClub cuando se le acerca un muchacho y se ponen a platicar un poco alejados, el muchacho no tiene cara de muy buenos amigos y Moisés parece afectado. Llega a la mesa destrozado, no me quiere contar pero se lo saco. Y es que la pobreza lleva a uno a hacer lo que sea para conseguir dinero, una historia personal que no voy a contar, y no sé qué puedo hacer, nada, y una se da cuenta de la dimensión de las cosas, pero este no es el tema que nos ocupa.
Son las 2 de la mañana, llevamos desde las 7 en el Cima pero no voy por nada tomada. Cogemos un taxi los 5, Marisa se me sienta encima y ya me pidió un beso. Un beso en el que algo fallaba. El taxista es amigo de Marisa y nos lleva por 30C$. Llegamos y está cerrado. Así en una proposición rápida y una aceptación no meditada dice Marisa que vayamos a su casa. Paramos en el muelle municipal y allí en un callejón hay una pulpería clandestina abierta. Marisa me dice que la acompañe a comprar, yo le digo a Moi que venga. Moi me viene repitiendo toda la noche que ella está conmigo por interés. El hombre dice el precio de 6birras y lo veo exagerado, le consulto a Moi y me dice que está cobrando más, me empiezo a rallar. Marisa pide comida para su amiga. Y mientras estoy hablando con Moi me dice: “moi son 170C$” (moi es una abreviación de “mi amor”). ¿Perdona? No lo voy a pagar yo todo. Sí que ando, pero le digo que sólo ando 100C$. Se queda un poco sorprendida pero bueno, entre ellas tres reúnen lo que falta. Vamos a su casa, no sé por dónde andamos, me rallo, de repente me veo yendo a su casa (casa de su exmraido) con 3 chicas que no conozco, con ella saltando y riendo en mi falda, Moi a mi lado con cara de pocos amigos y yo ajena a todo eso. Me rallo, le digo a Moi que nos vamos, que no quiero ir a su casa. Llegamos a su casa, bajan del taxi y yo le digo que me voy a mi casa. Suelta un ¿qué?! enojado y cierra la puerta de golpe. Una de ellas se quedó en el taxi para que la traiga a su casa. El taxista pregunta: “Quién paga?”. Marisa suelta un “Paga ella!” Yo respondo un: “No, cada uno paga lo suyo”. Se enoja aun más pero lo paga.
Y suelta alguna cosa más que como habla nica rápido y en lenguaje de calle no entiendo. Me siento mal, utilizada, me siento como un puto billete usado con un dólar estampado en la cara. Me siento una mierda y me pongo a llorar en el taxi. Moi me abraza y me dice que es culpa suya, no moi no, tu me avisaste. Llegamos al hospital le doy 20C$ al taxista y me dice que falta, que por ser la noche es más caro. “¿Qué? Esto es todo lo que te voy a pagar” Y me adentro al hospital con Moi.
Y allí se dirán muchas cosas que quedarán en la privacidad de nuestra pareja de amigos amados. Te quiero Moi y me importa lo que piense NADIE.
Y una se vuelve a estampar para darse cuenta de la realidad de este país. De los intereses y la pobreza y la asociación de blanco con plata. Y me jode porque yo, que soy de hablar con todo el mundo, debo aprender a pensar que si alguien se me acerca en este país es porque quiere algo, es decir, quiere plata. O eso, o quedarme en el círculo protegido de adinerados y buenas influencias de la doctora.
1 comentario:
és tan complicat separar els blancs, els gringos, d'aquesta imatge.... diners, usposadament, és lo únic que es pot treure de nosaltres. suposo que fa falta molt de temps per canviar certes mentalitats. suposo que és el que passa quan no hi ha informació constrastada. que el resultat no és més que un seguit d'imatges i idees erronies.
un petonet bonica, i ànims amb tot plegat.
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