A las 4 de la mañana estaba despertándome, duchándome y esperando a Allison que pasó buscándome a las 5 y media. Metí todas mis cosas en el maletero del taxi, cuando llegamos me monté la mochila de mano y Allison me cerró el zipper que andaba abierto. Fuí a sacar plata para pagar al taxi y a buscar sencillo ya que el cajero me dió un billete de 20$.
Sorteramente la fila de Delta estaba casi vacía así que pasé rápido. Facturo las dos maletas y me hacen cambiar unas tennis de una maleta a otra porque una pasaba 5lb del peso permitido.
El señor me dice que las maletas van directo a Barcelona. Cual fué mi sorpresa que cuando el señor iba a imprimirme los 3 boletos me dice que no tengo reservado los vuelos de Managua a Atlanta y de Atanta a París, solamente el de París a Barcelona. Consulta con su jefe y le dice que vaya a llamar a Delta en Atlanta.
Después de un buen rato y de mucho nervio aparece con mis dos maleta sy me dice que lo siente mucho pero que en Delta le han dicho que hay un problema de documentación con AirFrance, que tengo que llamar a AirFrance pero que hoy ya no podré viajar. ¿Qué?...
Se me derrumbó el mundo encima, me asediaron las ganas de llorar pero aguanté. Salí de la fila y fuí a buscar a Allison. Tenía que encontrar un cyber para sacar el número de la Gundi y llamarla, pero no había ningún cyber en el aeropuerto. Me dijeron que había señal wifi, conecté mi computadora pero no agarraba ninguna señal. Bueno, de hecho tampoco podría llamar porque no hay para hacer llamadas internacionales.
Agarramos otro taxi con Allison, en el maletero sólo cabía la maleta grande que la puso el taxista sin bajarle el agarradero y se quebró para cuando llegamos a la casa. En el viaje me llamó la López y le conté todo, me pasó a la Leti y allí sí me cayeron las lágrimas inevitablemente.
Llegando a la casa, regresé mis maletas donde ya habían estado y llamé a la Connie, qué barbaridad me dice.
Esperando que fuesen las 9 encendí mi computadora y quise pasar las fotos de la cámara a la portátil. La busqué en la mochila de mano ya que recordaba haberla cruzado de la mochila grande a la pequeña temiendo que me la machucasen. No estaba. ¿Cómo? Saqué todo de la mochila pequeña, no estaba. No puede ser esto es lo último, que me orine un perro.
Yo recordaba haber chineado la mochila en el taxi de ida y que la Allison me dijera que la andaba abierta cuando estaba fuera del aeropuerto, lo cual no me cuadraba porque yo sabía que la había cerrado. Pensé de todo, después pensando y pensando me dí cuenta que no, que a la ida yo no habñia chineado la mochila pequeña sino que la había puesto en el maletero- Lo cual indica sin lugar a dudas que el taxista al cerrar el maletero había metido mano a la mochila el hijuelagranputa.
Y me supo mal, más que por la cámara, por todas las últimas fotos que tomé y que perdí y que nunca se podrán recuperar. Y eran fotos de sentimiento con Leti y de recuerdo del hospital. Qué rabia. Le digo a Allison, hoy no voy a salir de casa.
Me cruzé a hacerle compañía a Allison que estaba cuidando a Samira, la hija de la vecina, y allí me puse a redactar mis últimos extractos hasta las 9:15 que me fuí al cyber.
Llegué al cyber, pregunté si tenían el Skype instalado y me dijeron que no. Pregunté si tenían llamadas a España y me dijeron que había probekmas con la red y que no solamente había llamadas a los Estados y a Canada. No jodas!
Por suerte sí estaba el Skype instalado. Busqué el número de la agencia de viajes de Gundi y llamé pero los sábados trabajaban hasta la una solamente. Perfecto. Y luego empezé a llamar a todo el mundo: a la casa, a mi abuela en el Skype, a Laia, a Aura, a Alba...en fin, a todos los ocntactos que tenía guardados en el Skype, y nadie contestaba. Fantástico, ¿algo más?
Finalmente me contestó mi hermana que estaba en la reunión de Ratio precisamente. Le conté lo sucedido y además pude hablar con Maldo quien me dijo que no me preocupase que entendía que era problema de la agencia y que él podía llevar la reunión del miércoles.
Les envié un e-mail a mi mama y a mi abuelita para que llamen el lunes a primera hora y se encarguen que Gundi se dé prisa en arreglar el desastre. Si agarro un vuelo el martes por la mañana todavía puedo llegar a la reunión del miércoles por la tarde, lo que me da miedo es que estando en pleno verano europeo no quede ningún asiento libre en un sinnumero de vuelos.
Ni modo, ya hasta el lunes no puedo hacer ni esperar nada. Regresé a la casa y me pasé toda la mañana escribiendo lo sucedido estos últimos intensos días hasta las dos que la Williams me llamó para almorzar arroz aguado, rico rico.
Ya bien comidita me fuí a acostar y hasta las cinco y media me despertaba de una siesta que me sentó de maravilla.
Y nada, aquí estoy termianndo de escribir estas linias. Allison está durmiendo la siesta y creo que hace tarde al trabajo, no sé si la voy a acompañar, no tengo muchas ganas. Solamente me queda esperar apaciblemente que pase el día de mañana y saber la noche del domingo al lunes noticias de España diciéndome para cuando está el nuevo boleto.
Me despido en un día que cómo ven no ha sido el mejor de mi vida
.
Sorteramente la fila de Delta estaba casi vacía así que pasé rápido. Facturo las dos maletas y me hacen cambiar unas tennis de una maleta a otra porque una pasaba 5lb del peso permitido.
El señor me dice que las maletas van directo a Barcelona. Cual fué mi sorpresa que cuando el señor iba a imprimirme los 3 boletos me dice que no tengo reservado los vuelos de Managua a Atlanta y de Atanta a París, solamente el de París a Barcelona. Consulta con su jefe y le dice que vaya a llamar a Delta en Atlanta.
Después de un buen rato y de mucho nervio aparece con mis dos maleta sy me dice que lo siente mucho pero que en Delta le han dicho que hay un problema de documentación con AirFrance, que tengo que llamar a AirFrance pero que hoy ya no podré viajar. ¿Qué?...
Se me derrumbó el mundo encima, me asediaron las ganas de llorar pero aguanté. Salí de la fila y fuí a buscar a Allison. Tenía que encontrar un cyber para sacar el número de la Gundi y llamarla, pero no había ningún cyber en el aeropuerto. Me dijeron que había señal wifi, conecté mi computadora pero no agarraba ninguna señal. Bueno, de hecho tampoco podría llamar porque no hay para hacer llamadas internacionales.
Agarramos otro taxi con Allison, en el maletero sólo cabía la maleta grande que la puso el taxista sin bajarle el agarradero y se quebró para cuando llegamos a la casa. En el viaje me llamó la López y le conté todo, me pasó a la Leti y allí sí me cayeron las lágrimas inevitablemente.
Llegando a la casa, regresé mis maletas donde ya habían estado y llamé a la Connie, qué barbaridad me dice.
Esperando que fuesen las 9 encendí mi computadora y quise pasar las fotos de la cámara a la portátil. La busqué en la mochila de mano ya que recordaba haberla cruzado de la mochila grande a la pequeña temiendo que me la machucasen. No estaba. ¿Cómo? Saqué todo de la mochila pequeña, no estaba. No puede ser esto es lo último, que me orine un perro.
Yo recordaba haber chineado la mochila en el taxi de ida y que la Allison me dijera que la andaba abierta cuando estaba fuera del aeropuerto, lo cual no me cuadraba porque yo sabía que la había cerrado. Pensé de todo, después pensando y pensando me dí cuenta que no, que a la ida yo no habñia chineado la mochila pequeña sino que la había puesto en el maletero- Lo cual indica sin lugar a dudas que el taxista al cerrar el maletero había metido mano a la mochila el hijuelagranputa.
Y me supo mal, más que por la cámara, por todas las últimas fotos que tomé y que perdí y que nunca se podrán recuperar. Y eran fotos de sentimiento con Leti y de recuerdo del hospital. Qué rabia. Le digo a Allison, hoy no voy a salir de casa.
Me cruzé a hacerle compañía a Allison que estaba cuidando a Samira, la hija de la vecina, y allí me puse a redactar mis últimos extractos hasta las 9:15 que me fuí al cyber.
Llegué al cyber, pregunté si tenían el Skype instalado y me dijeron que no. Pregunté si tenían llamadas a España y me dijeron que había probekmas con la red y que no solamente había llamadas a los Estados y a Canada. No jodas!
Por suerte sí estaba el Skype instalado. Busqué el número de la agencia de viajes de Gundi y llamé pero los sábados trabajaban hasta la una solamente. Perfecto. Y luego empezé a llamar a todo el mundo: a la casa, a mi abuela en el Skype, a Laia, a Aura, a Alba...en fin, a todos los ocntactos que tenía guardados en el Skype, y nadie contestaba. Fantástico, ¿algo más?
Finalmente me contestó mi hermana que estaba en la reunión de Ratio precisamente. Le conté lo sucedido y además pude hablar con Maldo quien me dijo que no me preocupase que entendía que era problema de la agencia y que él podía llevar la reunión del miércoles.
Les envié un e-mail a mi mama y a mi abuelita para que llamen el lunes a primera hora y se encarguen que Gundi se dé prisa en arreglar el desastre. Si agarro un vuelo el martes por la mañana todavía puedo llegar a la reunión del miércoles por la tarde, lo que me da miedo es que estando en pleno verano europeo no quede ningún asiento libre en un sinnumero de vuelos.
Ni modo, ya hasta el lunes no puedo hacer ni esperar nada. Regresé a la casa y me pasé toda la mañana escribiendo lo sucedido estos últimos intensos días hasta las dos que la Williams me llamó para almorzar arroz aguado, rico rico.
Ya bien comidita me fuí a acostar y hasta las cinco y media me despertaba de una siesta que me sentó de maravilla.
Y nada, aquí estoy termianndo de escribir estas linias. Allison está durmiendo la siesta y creo que hace tarde al trabajo, no sé si la voy a acompañar, no tengo muchas ganas. Solamente me queda esperar apaciblemente que pase el día de mañana y saber la noche del domingo al lunes noticias de España diciéndome para cuando está el nuevo boleto.
Me despido en un día que cómo ven no ha sido el mejor de mi vida
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