Ethan dice: despierta, vamos, que ya es de día! mientras brinca por la cama (recordemos que individual). Me duelen los ojos de sueño, busco el celular, miro la hora. Las 5 de la mañana! Qué?! No jodas Ethan, andá dormite!
Ethan dice: Apurate, ya es de día! mientras parada encima de la cama mira por la ventana y me señala que ya es claro el día. Son las 5:30 de la mañana. Anda a Jugar Ethan y dejame dormir un poquito mas.
Pero es imposible. Desyunamos leche con galletas mientras chocamos el vaso y cada galleta y decimos “salut!”. De fondo, cómono, el rey León. Y es un festival cuando desnudito lo pongo bajo el chorro de agua de la ducha al que no está acostumbrado porque en su casa sacan el agua del pozo. Es un festival de risas y de gritos y de euforias incontenidas. Lo visto y ya bien perfumado y arreglado lo dejo mirando la película para alistarme yo.
Llamo a la mama, son las 8 anda apurate. Que ya viene dice. Lo llega a buscar, vamos a tomar un fresco y nos vamos a cada de Leti dónde, después de un ratito de explicarnos las aventuras (muy distintas) del día anterior, nos quedamos los tres aplatandos dormidos en la cama plácidamente. Y un rato después se quiebra la cama. No hombre…pero semejante brutalidad la vuestra!
Me voy a casa de Dania, dice Connie que ya no hace más domicilios, que la deja demasiado cansada y utilizada. Estamos sirviendo la comida cuando llega Agustín, un chaparrito panzudo con bigote me mohicano y grande dentadura demasiada salida que le impide hablar con claridad. Anda lleno de cadenas de oro y grandes anillos de oro también, allí pasamos la tarde en el corredor de Dania platicando. Me dice que me va a regalar un pedazo de isla que tiene él en la bahía y alardeando me cuenta de sus muchos terrenos, del dinero que gana en su trabajo en California, de los intereses que le da su dinero prestado y un largo etc.
Dice Dania que el hombre se enamoró de mí y que nos vamos aprovechar de ello. Y con el cuento nos vamos a mirar una casa de alquiler para Leticia, pero no sirve. Y siguiendo con el cuento nos vamos al Luna’s Ranch a tirarnos unas cuantas medias con sus respectivas bocas. De allí vamos al La Ola, otra media. De allí vamos al Cima karaoke, otra media. De allí vamos al Cima Club, otra media. Y para rematar pasamos por una fritanga a por un rico frito antes de ir a dormir. No te preocupes abuela, entre el baile y la comida no me llegó el guaro.
Buenas plácidas noches después de su alegórico extásis.
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Ethan dice: Apurate, ya es de día! mientras parada encima de la cama mira por la ventana y me señala que ya es claro el día. Son las 5:30 de la mañana. Anda a Jugar Ethan y dejame dormir un poquito mas.
Pero es imposible. Desyunamos leche con galletas mientras chocamos el vaso y cada galleta y decimos “salut!”. De fondo, cómono, el rey León. Y es un festival cuando desnudito lo pongo bajo el chorro de agua de la ducha al que no está acostumbrado porque en su casa sacan el agua del pozo. Es un festival de risas y de gritos y de euforias incontenidas. Lo visto y ya bien perfumado y arreglado lo dejo mirando la película para alistarme yo.
Llamo a la mama, son las 8 anda apurate. Que ya viene dice. Lo llega a buscar, vamos a tomar un fresco y nos vamos a cada de Leti dónde, después de un ratito de explicarnos las aventuras (muy distintas) del día anterior, nos quedamos los tres aplatandos dormidos en la cama plácidamente. Y un rato después se quiebra la cama. No hombre…pero semejante brutalidad la vuestra!
Me voy a casa de Dania, dice Connie que ya no hace más domicilios, que la deja demasiado cansada y utilizada. Estamos sirviendo la comida cuando llega Agustín, un chaparrito panzudo con bigote me mohicano y grande dentadura demasiada salida que le impide hablar con claridad. Anda lleno de cadenas de oro y grandes anillos de oro también, allí pasamos la tarde en el corredor de Dania platicando. Me dice que me va a regalar un pedazo de isla que tiene él en la bahía y alardeando me cuenta de sus muchos terrenos, del dinero que gana en su trabajo en California, de los intereses que le da su dinero prestado y un largo etc.
Dice Dania que el hombre se enamoró de mí y que nos vamos aprovechar de ello. Y con el cuento nos vamos a mirar una casa de alquiler para Leticia, pero no sirve. Y siguiendo con el cuento nos vamos al Luna’s Ranch a tirarnos unas cuantas medias con sus respectivas bocas. De allí vamos al La Ola, otra media. De allí vamos al Cima karaoke, otra media. De allí vamos al Cima Club, otra media. Y para rematar pasamos por una fritanga a por un rico frito antes de ir a dormir. No te preocupes abuela, entre el baile y la comida no me llegó el guaro.
Buenas plácidas noches después de su alegórico extásis.
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