Nos pasamos toda la mañana trabajando con la doctora. Y qué pesadilla, intentando centrarnos en el trabajo de definir los perfiles de cada usuario del care2x cuando a cada dos por tres entraba alguien pidiendo alguna cosa. Horrible.
Llegaron unos médicos de Managua, un otorrino un cardiólogo y alguien más a dar consulta ya que en Bluefields y por extensión en toda la RAAS no hay ningún especialista de estos. Ya cuando me marchaba al Consorcio por la tarde, alguien me silba. Giro la cabeza hacia consulta externa y miro a Connie allí parada. Connie es una muchacha que conocí el viernes en el Cima, que me dijo que llegaría al hospital a buscarme y nunca llegó.
Andaba con su hijo y con una ex que le cuida al niño cuando ella está de viaje, es decir 9 meses al año. Trabaja en los barcos. Es una mujercita morena de piel café con leche con rasgos finos y piel tersa. Tiene unos grandes ojos que deja con los párpados medio caídos, una nariz fina y unos labios resaltones y carnosos. Las acompaño a hacer algunos mandados, a cortar el pelo al niño, a pagar la factura de la luz y a buscar a la hija de Sulene al muelle que llega de Rama.
Paso el resto de la tarde en casa de Leti con el diablillo, me dice Leti que mañana tiene que hacer un trabajo y le digo que si quiere me llevo al niño al parque. Han puesto una feria, esto es algunos ranchos donde tomar, algunos puestos de jugos de azar y trucados y algunos otros puestos de regalitos y caramelos. Pedimos una pizza para la cena, ahorita que fui a Martinuzzi ya sé qué otros tipos tienen.
Me acerco al Consorcio a sacar la ropa que tenía tendida, no sea que caiga un agüacero de esos y se me moje toda y me quede sin calzones.
Me llama Connie para salir y me dice que están en el Bar Mi Barrio. ¿Y esto dónde es? Enfrente del estadio. Bueno, voy a preguntar a Pedro y me dice que ese es el bar de las locas, ya me entiendes me dice. Y allí me dirijo. Nunca había andado sola tan tarde de noche, como me conozco el camino me había confiado pero la verdad es que no me sentí muy segura.
En fin, nos tomamos una cervecita y el plan es ir al Cima. Allá vamos pues, yo pago la entrada y el resto de la bebida de toda la noche la paga el hijo de la Suleme, algo tiene que tener de bueno este machismo inherente. Allí la pasamos, más sentados que bailando, pero llega una enamorada de una, llega otra enamorada de la misma y empiezan los culebrones lésbicos. Mejor me mantengo de espectadora.
Así que cerramos el Cima, yo me quiero ir a dormir pero no me dejan. Me llevan a Pancasán, el hijo de Suleme llama a porrazos a la puerta de un tal Pica. El pobre hombre abre deltodo dormido, nos saca unas sillas pero luego dice que mejor entremos. Es una casa con un único habitáculo, hay un niño durmiendo tras un biombo. Pica pone música y nos saca unas cervezas. Imagínense, sentados en sillas de plástico (porque estas son las únicas que se usan a parte de las mecedoras) a las 4 de la mañana, bajo un techo de zinc y una casa del todo austera, platicando de chochadas y yo sentada y observando. Necesito ir al baño, abren la puerta y ya es de día. Me dice aquí, es un cuarto de madera adjunto a la casa con el suelo agujereado. Lo han acertado, por esos agujeros se tenía que apuntar. Ni modo pues.
Son las 5:30 cuando ellos tienen que irse, tienen programada una excursión a una finca. Yo recazo la oferta entre otras cosas porque me había comprometido con Ethan. Cuando llego al Consorcio el cpf me dice: de paseo? qué te importa, le contesto. Y entrando en nuestro pequeño albergue escucho bulla en el lavadero, son la Susy y la Simel que están lavando la ropa. No me lo puedo creer…
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