··· Experiencias sujetivas___Lunes 9/02/09

No sabía si dejarlo en binario o guardarlo para lo personale, pero en deterioro de mis intimidades y en pro de la criticidades les voy a contar.

Pues bien, todo empieza por la mañana. Moi me cuenta, que le llegaron a oídos comentarios chismos de mí:

Comentarios de nosotros dos, de que qué hace con una chica como yo, que no estoy a su alcance, que yo tengo estudios y él es un donnadie, que lo que quiere es mi plata y que le lleve a España. Y él que la fastidia diciéndole a un médico que en vez de temer por él (Moi) tema por su esposa, que Suhayra me gusta. Y el médico que se lo cuenta a su mujer. Y Suhayra que anda toda la mañana por donde yo estaba y se viene en la furgoneta para ir a hacer unas fotocopias.

Comentarios de mi persona. Que le dice un vulgardespreciable médico que vaya con cuidado conmigo, que intentando metérmela no vaya a ser yo quien se la meta. Tal cuál y siento las vulgaridades, no salieron de mi boca. Y es que una lleva el pelo corto, va con un taladro haciendo agujeros para que puedan tener jodido internet, y ya una tiene que tener algo entre las piernas. Así es, aquí o se es hombre de pelo corto masculinizado, o se es mujer de pelo largo curvas y feminidades. Cualquiera que se salga de la norma, y un médico lo dice, es lo que llamaríamos un potencialtranssexual. Y me hierven las entrañas ante tales mentiras infudamentadas, ante tales dualidades obligadas, ante tantos chismorreos que te dicen que mejor no fiársele a nadie. Y más y más comentarios de mi masculinidad que por rechazo me afecta y demasiado.

Y así anduve en la comida, absorta en pesadumbre y en pensamientos infertlizados. Y así, Judit que siempre está alegre, se le nota demasiado cuando algo le pasa. La dulce Flor que de camino me pregunta, yo que le respondo que la gente habla sin saber nada y no me agrada. Y así la doctora discreta entra en el despacho y me pregunta, y le digo lo mismo y no me agrada lo que me cuenta, aunque Moisés me lo había pronosticado. No voy a contar nada más, pero una se da cuenta de cómo están de separadas las clases sociales, de los abismos que imponen entre ellos sólo por el hecho de haber sido (o no) escolarizados. Allí, le digo a Moi, valoramos a las gentes por lo que tienen dentro el pecho; y aunque él pueda (y yo ya lo sé porque me lo ha contado) haberse equivocado mucho y reiteradamente, humildemente alardeo de vislumbrar el alma de la buenagente. Y no voy a cambiar mi amistad piola con ese donnadie aunque tampoco me meteré en defensas y discusiones que no pueden llevar a nada.

Es verdad, él se equivocó infundando verdades en este garabato de chismorreos y gentes sin hacer nada. Y le da mucho pesar y está triste. Pero lo hecho, hecho está. Y así quedamos que él no me diga más comentarios de lo que oiga, que yo no le diré más comentarios de lo que me cuenten. Y así quedamos en que va a mantener su boquita callada cuando alguien hable de mí y cuando alguien hable de nosotros. Vamos a cenar y mañana será otro día. Que hoy ya sentí y aprendí demasiado de esta cultura tan ajena a mis convicciones.

Una hasta que no lo vivió no se da cuenta de lo que le habían contado. No quiero verme envuelta en curiosidades hospitalarias, así que me mantendré de todo al margen y me volveré exterior y públicamente completamente asexualizada. Y no me gusta, no soy así, pero visto lo visto, no puedo hacer nada y me quedan 6 meses de hospitalizada.

Y me hierven las entrañas...