Ya por fin, se vislumbra Bluefields. Llegada en el muelle municipal, lleno de gente, taxi y para casa. Mateu habla por Skype, tiro la mochila al suelo y de cabeza a la ducha. Día tranquilo, sin más. De lavar ropa, de compras, de escribir, de descansar, de pasar por casa la dra a dejarle el termo que se olvidó en casa de Tania, de conocer a su guapohijoSammy, de que Abril y Orlandito se me tiren al cuello, de ir a cenar donde Doña Arlen ahí por Galileo, de conocer los niños de la casa y robarles risas alocadas y cariño y besos de vaca y fotografías. De hablarte que lo necesitaba. De quedarnos en casa mirando una peli e ir a dormir pronto. Y mañana hay trabajo.
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