miércoles, 28 de enero de 2009

···Viaje en panga a Bluefields y merecido descanso___Domingo 25/01/09

Deberán de ser las once cuando nos fuimos a la cama. Me costó un poco dormir pero no me desperté tantas veces como en Managua, tampoco tuve tiempo, a las 5 estábamos en pie para volver a cargar todas las cajas y las maletas al muelle. Empezaba a amanecer, espectáculo impresionante, gente esperando la panga, otros cargándolas, un barco muy viejo anclado, nos llaman por el nombre y subimos a la panga que por suerte iba tapada con un plástico azul.

Y a disfrutar entre parajes selváticos via un río immenso con el sol amaneciendo y el viento en la cara, cursa de pangas. Imaginaros todo verde, con gentes remando en canoas, casas de madera esparcidas aquí y allá, una hora y 40 minutos de dulce y a la vez veloz y bruto trayecto. Aparece enfrente nuestro la bahía de Bluefields…increíble, bonito, acogedor, colores de casas y verdes de palmeras y vegetación. Anclamos al muelle, me llama la dra castro que no nos encuentra, unos hombres nos cogen las cajas, yo digo que no hace falta, nadie dice nada y los cogen, la dra castro está en el muelle municipal, hemos llegado en el muelle del mercado viejo. Una amalgama de gustos, sabores, colores, aromas y acentos caribeños, pieles tostadas por el sol. Llega el 4x4 del MINSA (el Ministerio de Salud de Nicaragua) con la dra. Castro y un conductor, los hombres que nos cargaron las cajas contra nuestra voluntad nos piden 300córdobas, timo, yo ya lo dije que no tocarán nada…falta de experiencia, ains! Les pagamos un poco menos.

La dra. Castro es una mujer muy bien vestida, de mirada alegre y sonrisa amable, como toda ella. Nos acoje divinamente y nos lleva al hospital para dejar las cajas. Dejamos las cajas en el despacho de dirección, por fin! Misión cumplida! Esto ha sido un séguito de pequeños retos alcanzados con éxito que culminan en una gran aventura. Nos lleva a “casa” donde nos recibe la dra, Hodgson, negra de piel e igual de amable. Se trata de una casita principal de obra con un jardín en el que da otra casita, y la parte de abajo es nuestra morada: un comedor con televisión, micro y una pica y una habitación con dos camas individuales y otra de matrimonio. Por fin, nuestra casa, nos refrescamos un poco mientras nos esperan fuera y salimos a desayunar con la camioneta del MINSA. La dra. Castro nos va indicando por dónde vamos, la calle principal, la escuela morava, la iglesia protestante, la casa de la dra. Castro y llegamos a un hotel donde desayunamos todos gallo pinto para recuperar fuerzas. Y mientras la dra. Castro nos pone al día de la situación política (corrupción del FSLN y que esto ya no es el sandinismo), nos dice que nos invitará a cenar a su casa sopa de marisco y que iremos en una discoteca, y al grano hablamos de la situación del hospital (se fundió un switch y gran parte del hospital está sin internet y La Aurora tampoco tiene). Para los que no lo sepáis, La aurora (o San Pancho o San Francisco) es una comunidad que tiene un puesto de salud pero que está a 8h en panga de Bluefields y es donde se hizo el radioenlace el año pasado. También nos dijo que le gustaría tener un punto de acceso en el auditorio para poder acceder a internet cuando de clases, o ver una operación en vivo. Lo tendremos en cuenta, al fin y al cabo son ellos los que deciden y piden lo que quieren para su hospital. También nos dice que vendrá con nosotros en La Aurora y que hablará con el SILAIS (la entidad que gestiona los puestos de salud de la RAAS- región autónoma del atlántico sur , exceptuando el HRES- Hospital Regional Ernesto Sequeira de Bluefields para que nos ponga los medios para ir San Pancho.

Y una vez con la barriga llena la Dra llama al coche del MINSA para que venga a buscarnos y nos lleve a dar una vuelta turística. En Bluefields no hay muchos coches, la mayoría son taxis todos de la misma marca pero cada cual más tuneados con pegatinas y luces de color, pequeños Atoz que circulan tocando el claxon cuando algún peatón les invade su ruta; aquí en Bluefields no se paga por tiempo de trayecto sino por numero de personas, cada persona paga 10C$ (equivalente a 0,5$)..ustedes me dirán…

Aquí las casitas son de colores, verde claros, rosas, amarillos, azules, pero la diferencia entre ellas puede ser abismal. Una choze hecha de maderas podridas se codea con una gran casa de obra con su jardincito bien cuidado. Son las secuelas del huracán Joana que en el 1988 destrizó toda la ciudad tirando al suelo las entrañables casitas de madera y colores de herencia inglesa con sus porches y sus ventanas grandes. Ahora es una anarquía constructiva total y según Ángel un estilo “concreto”. Aquí no hay semáforos ni pasos de peatones ni líneas divisorias ni nada que se le parezca, los niños juegan en la calle y los mayores se aguantan a una pared vigilando la calle con mirada tranquila y tristealegre.

El centro de la ciudad está lleno de pulperías (los colmados de aquí) y tiendas de ropa y otros menesteres, tienen hasta casino y un cine. Pues bien, la dra nos llevó a dar una vuelta por los barrios, maravillándose de las casas que habían construido y de lo bonitas que eran. Nos explicaba un poco de los barrios y yo le pedí un mapa porque le verdad, acostumbrada a las calles conocidasyrectas de miBArcelona, eso era un cruce y una conexión de calles continuas. Finalmente pasando por su casa se bajó y el conductor nos dejó en nuestra humilde y acogedora casita, en el barrio de Punta Fría al lado del Four Brothers (una discoteca miskita muy conocida y de mucho ambiente por lo que dicen).

Sólo es mediodía pero parece que hace una eternidad que nos levantamos…deshacemos las maletas o ni eso, encendemos nuestros portátiles y nos enchufamos a la red durante gran parte de la tarde, a las 5 nos vamos a “cenar” al Tía Irene recomendado por una mujer que estaba en la puerta de nuestra casa y gracias a la cual tuvimos la dirección de vuelta (nos íbamos sin saberla). Eso sí, antes nos duchamos con agua fría (sólo hay un grifo y es de agua fría) e hicimos(hicieron) un gran charco en el lavabo. Pedimos un mocho y ante la cara de estupefacción de la dra. Hodgson se lo indicamos por señas y nos dijo que se llamaba lampaso, vaya por dios!

El tía Irene es un restaurante con vistas a la bahía de Bluefields, comí deditos de pescado, muy ricos (esto es, pescado empanizado como no). EL cansancio asomaba en nuestras caras y a las 7 bajamos hasta el centro para comprar algo de desayunar en alguna pulpería. Costó, pero finalmente compramos café en polvo en sobres y unas galletas, no había más. Como nos habían dicho de coger siempre un taxi, lo cogimos, y descubrimos que estábamos a unas pocas cuadras de casa….bien! jejeje! Ellos tres se fueron en seguida a dormir, yo me quedé con un té con canela y escribiendo la primera entrada del blog de tsf y pasando mis extractos. A las once no pude más y me puse en la cama, bajo mi fabulosa mosquitera y con los perros y los gatos cantándome en la oreja, eso sin contar con la música que no para…Bona nit Judit. Te pienso en mi ausencia…


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