jueves, 16 de abril de 2009

··· Fanático de la electrónica___Miércoles 15 abril 2009

Ronroneo un poco, total hasta las 7 no se desocupa la ducha que me voy a encontrar con pelos largos y morenos (no míos).

Y como cada día cargo mi laptop debajo del brazo y me voy a dirección donde con una sonrisa recibo y me reciben Nelly, Flor, la Dra Castro y quien allí se encuentre.

Paso un buen rato alargando el cable de Epidemiología ya que la roseta nos quedó un poquito demasiado alta. Es un ir y venir de ir a buscar una herramienta a la otra punta del hospital, de regresar a por otra cosa, de en definitiva hacer piernas y pasearse por el hospital.
Paso por pediatría a solucionarles un problemillas que tenían con Internet, ya contentos de poder revisar su correo. Y los que tanto se quejan, en medicina, han dejado el despacho cerrado y no hay nadie por alrededor, allá ellos.

Moisés todavía no ha llegado, nadie sabe nada de él y como no tiene celular…

Llegan Jimmy y Ángel a reparar la máquina de estadística que no tiene salvación, la de dirección que estaba infestada de virus y la de epidemiología que tenía virus y archivos de configuración dañados.

Han llegado vacunas para el personal para la gripe, yo soy del personal verdad? Una pinchadita de nada y me prometen que no tiene efectos secundarios.

Le pido directamente a Ángela el botiquín para los pipitos, me dice que mañana me lo tiene. Se va la luz, vuelve, se va, vuelve, esto es un cahondeo. Me voy a hacer compañía a Jimmy mientras repara la máquina de epidemiología pero me tengo que ir con permiso porque la licenciada Ruiz con perdón me da dolor de cabeza.

Y mi princesa me hace una perdida para que corra al consorcio a hablar un buen rato con ella y ponernos al día. Y es que el mundo es un pañuelo y viva las coincidencias!
Hora de ir a correr, hablo a Pedro que estaba durmiendo y al estadio falta gente. 6 vueltas, flexiones y abdominales como cada día. Cada día que voy claro está. De regreso, cena gallopinto cómono y Pedro que me saca de golpe dos comentarios. Uno de Leti y otro de Allison, vamos a ver Pedrín.

Llamé a ese catalán mundializado. Quedamos para almorzar en Managua el sábado y qué gusto y qué placer, ya tengo ganas.

Cleveland ocupa mi cuarto. Cleveland es un muchacho de buen ver, moreno, alto, que baila como un diós y habla español como un creole (esto es, mal). Me cuenta que está trabajando en mi cel, me pregunta cosas de redes y me dice que él quiere estudiarlo pero que no encuentra libros. Así que mientras él intenta sin éxito reparar la batería yo le guardo en la memoria todos los libros y apuntes en formato digital que he ido recopilando de la carrera.

Pasa un buen rato en mi cuarto, platicando de electrónica e informática hasta que llega terremoto Simel y lo alborota todo. Paso un buen rato más trabajando y ya es hora de ir a dormir.

Por si hoy jueves ya no les vuelvo a escribir, les cuento que mañana por la mañana agarro una panga a Managua. Que pasaré el findesemana allá con Allison, que el domingo iré a Carazo a ver una presentación suya de danza y que el lunes agarraré el bus a Costa Rica para reunirme con Carla. No sé cuánto tiempo estaré en Costa Rica, ni dónde ni con quién iré. No sé cuánto tiempo voy a permanecer en Managua de regreso, tengo que comprar el material que falta para el cableado del hospital. Pero no se preocupen, aunque sea para dar señales de humo y vida me voy a conectar para dejar rastro de mis pasos.

Un fuerte abrazo, se despide Judit con aires costeños.

.

1 comentario:

mar dijo...

gaudeix de costa rica tambe, cuidat i ja ens explicaras.

un peto bonica.